La casa está fría.
En ella, su dueña está escondida.
No puede habitar su propia casa.
Hay voces que la asustan,
la dejan relegada a su escondite.
Desde allí sufre.
Su casa es hermosa. Pero está vacía.
Perdón, no está vacía, su dueña está escondida.
Esto es un espacio y un tiempo para encontrarse con las palabras. Yo escribo las mías u otras que pronunciadas o escritas por otros/as me gustan o tocan de alguna manera. Si te encontrás en ellas podrás llevartelas, y si te generan algo podrás dejar tu palabra en un comentario. Bienvenido/a!
viernes, 25 de julio de 2008
lunes, 7 de julio de 2008
A veces la vida pasa como un ciclón.
7 de julio.
De repente 21 de julio!!!!
y no me di cuenta
o sí...
pero la vida paso como un ciclón.
Todavía estoy mareada.
Que se yo. Hoy siento que soy una persona distinta de la de hace 14 días.
Y me siento extraña.
Pasaron 14 días y casi no me dí cuenta.
La vida va más rápido que yo.
De repente 21 de julio!!!!
y no me di cuenta
o sí...
pero la vida paso como un ciclón.
Todavía estoy mareada.
Que se yo. Hoy siento que soy una persona distinta de la de hace 14 días.
Y me siento extraña.
Pasaron 14 días y casi no me dí cuenta.
La vida va más rápido que yo.
Vivir sin poder desembalar.
Me contaron que vivía en el cuartito del fondo. Guardaba todas sus cosas en cajas porque en el placard estaban las cosas de su mujer e hija, que vivían en la casa de adelante. Trabajaba todo el día y cuando volvía, dormía ahí, solo, entre las cajas.
Eso fue durante unos cuantos años, tal vez 15 o más.
Un día encontró otra mujer, ella le transmitió el coraje de salir de esa cueva, de vivir.
Alquiló una casita con patio y se mudó. Ella le ayudó a decorarla, le hizo cortinas, y almohadones. El estaba encantado con el nuevo barrio porque en un radio de cinco cuadras tenía todo lo que necesitaba.
Hasta que un día se murió una tía soltera, que le dejó por herencia un departamento en el centro. El había vivido con ella en ese lugar cuando era adolescente y había venido a esta ciudad para hacer la secundaria.
Esa memoria afectiva lo indujo a mudarse allí. De esto ya hace un año. Ahora vive con todas las cosas de la tía muerta en el placard y las suyas en cajas.
Eso fue durante unos cuantos años, tal vez 15 o más.
Un día encontró otra mujer, ella le transmitió el coraje de salir de esa cueva, de vivir.
Alquiló una casita con patio y se mudó. Ella le ayudó a decorarla, le hizo cortinas, y almohadones. El estaba encantado con el nuevo barrio porque en un radio de cinco cuadras tenía todo lo que necesitaba.
Hasta que un día se murió una tía soltera, que le dejó por herencia un departamento en el centro. El había vivido con ella en ese lugar cuando era adolescente y había venido a esta ciudad para hacer la secundaria.
Esa memoria afectiva lo indujo a mudarse allí. De esto ya hace un año. Ahora vive con todas las cosas de la tía muerta en el placard y las suyas en cajas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)